Google+ Raúl Acosta: Por qué soy peronista

viernes, 17 de octubre de 2014

Por qué soy peronista

El día es especial para escribirlo. 17 de octubre


Uno de los libros que escribí, Perón y su tiempo, narra su vida desde el 1900 hasta 1974, su muerte, tiene todos los detalles del 17 de octubre. De modo que para mí no reviste, en sí, un momento de investigación o sorpresa, sino de hecho conocido.

Conviene citar, de ese 17 de octubre, el anochecer, que es cuando deciden que Perón vuelva: lo vamos a traer de vuelta y mostrarlo. Y aparece el primer simulacro de agora, esa conversación en la fuente griega, que es cuando, desde abajo, le gritan “¿dónde estuvo?”; y él no contesta el ¿dónde estuvo? Solo que da órdenes sugerentes de movilización, de tranquilidad y de retorno a su casa.

Todo había comenzado un poco antes. Y cuando digo un poco antes, digo la transformación en la sociedad argentina había comenzado un tiempo antes, y siguió un tiempo después. Comenzó con la secretaria de trabajo y previsión.

Cuando me pongo a pensar, yo no he ido nunca a un diván, pero cuando me pongo a pensar por qué razón yo no puedo apartarme definitivamente del peronismo -y están allí las raíces de la construcción social a la que pertenezco-, me resulta fácil indicar hechos específicos. No es diván ni sicoanálisis os, apenas escudriñar dentro

Mi viejo era chofer de colectivo. Salía a la seis de la mañana, a las cinco, y volvía pasado el mediodía. Hacía Santa Fe, San Justo, Cañaditas –ahora llamada La criolla -. Cuando volvía el dueño de la empresa le decía “tenés que salir de nuevo porque no vino el otro chofer”. Y había que salir de nuevo. Porque la precariedad laboral indicaba que si no salía lo reemplazaban.

Cuando apareció Perón se encontraron con varias cuestiones que no existían. Una de ellas el aporte gremial. Existíeeon los gremios y había obligación de aportes previsionales, que el gremio vigilaba y que iban para una jubilación. Hasta el 45, 46, no se pensaba, en el ámbito privado, en una jubilación. No era posible pensarla porque el patrón no aportaba, y el empleado menos.

No era posible pensar en jubilaciones, pero tampoco era posible pensar en vacaciones. Y menos en jornada extra o doble. En horas extras. En día de descanso. Se había perdido, ya en la década del 35 a 45 , el descanso dominical. Había que trabajar cuando se pudiese, cómo se pudiese y a las órdenes de quien decidía.

Apareció el descanso, aparecieron las horas extras, apareció el salario familiar. Apareció la obligación de vacaciones y por eso es que Mar del Plata se llena, sobre el 50, de hoteles gremiales, porque aparece la obligación de la vacación paga.

Es Perón el que trae todo eso. Antes de Perón no había ningún gremio privado que pudiese decir, salvo los tipógrafos y algo así que vienen de 1890, que habían conseguido algo peleando contra los patrones.

Es Perón el que consigue no sólo el salario familiar, consigue para las mujeres los días y los meses de parto. Consigue que les den ropa, a los que tienen que trabajar que les den ropa de trabajo. Consigue el seguro de vida. Y pelea hasta que consigue que los patrones paguen los aportes previsionales atrasados.

Cuando se dice que el peronismo cambió de modo absolutamente definitivo el pensamiento sobre algo nacional y popular, sobre la participación obrera en las cuestiones de estado, es porque incorporó el derecho que tenían los trabajadores a determinadas cuestiones que no habían estado presentes, y por las que inútilmente habían peleado sectores marginales, como algunos socialistas libertarios, como algunos comunistas, como algunos anarquistas, pero que de ninguna manera habían tenido resultado. Con Perón tienen resultado.

Al incorporar toda esta masa, el 50% del país, tal vez mas, cuando se incorporó toda esta masa a la política activa, a las conversaciones en la sociedad, aquellos que ahora se llenan la boca –algunos teóricos como los de Carta Abierta- con paparruchas de cuartilla, como movilidad social ascendente, se terminó en que podíamos ir a la escuela, porque no necesitábamos ir a trabajar a los 8, 9 años como pibes aprendices de algo, sino que podíamos terminar la escuela. Porque el gobierno de Perón hizo una escuela por día. En el primer gobierno de Perón se hizo una escuela por día. Si eso no era definir que lo que se quería era ilustrar al soberano, ¿de qué otro modo definirlo?

Entonces, seguridad laboral, la indemnización si te echaban, la obligación de que hubiese un juicio. El juzgado laboral, que no existía, se convirtió, por la Secretaría de Trabajo y Previsión y después por el Ministerio de Trabajo, no existía ministerio de Trabajo. No existía Secretaría de Trabajo hasta que llegó Perón. El Ministerio de Trabajo terminó insisto, en un ej del país. estamos hablando de 1945, 46 las elecciones, 1947 el ejercicio efectivo, se terminó por concluir que era necesario la relación patrón- empleado y Estado. Las tres patas de las que hoy habla, por ejemplo, el Socialismo en la provincia de Santa Fe, fueron las tres patas que puso el peronismo. La patronal, el empleado y el Estado vengan a conversar, este es el sitio, conversemos entre los tres. Las paritarias. Todo eso, que en algún momento hay que volver a pelear, todo eso apareció en el 46.
Cuando dicen por qué uno es peronista. Bueno, explíqueme de qué otro modo vivir en Argentina y renegar de eso, cómo se hace para renegar de eso. Si después de eso, y de la escuela primaria, y de la escuela secundaria, el aluvión de alumnos en la escuela secundaria en el 54, 55, que es cuando llegan aquellos que pudieron, pudimos terminar la primaria, es muy grande. Muy grande, hasta multiplicar por 5, por 6 la población estudiantil. Se multiplicó por 8 la población universitaria en el 60. ¿De dónde venían esos estudiantes que llegaban a la universidad en el 60? Venían del 45. Pudieron estudiar.

Eso, que fue el principio de justicia social, es lo que mantiene vivo al peronismo. Todas las otras cuestiones son laterales. Esa cuestión, esa cuestión no sólo que lo mantiene vivo, lo mantiene vivo y lo hace irreemplazable para entender Argentina. Quien no entienda que ese golpe de timón que se armó, con algunas leyes de viejo socialistas, toda esa gente que juntó Perón.quien no lo entiende no entiende el país. Porque la otra cosa que hizo Perón fue juntar cerebros. No le tenía miedo a cerebros que opinasen medianamente distinto de lo de él. Él tenía un objetivo, que era esa justicia social, importar a esa gente, meterla en esa jugada, en el país. Llamó a socialistas, llamó a anarquistas, llamó a conservadores de la provincia de Buenos Aires, llamó a radicales.

A mí me hacen reír cuando los kirchneristas hablan de la transversalidad. Hortensio Florencio, Quijano era eso. Y la fórmula fue Perón-Quijano. ¿De qué me están hablando? Todo eso ya estaba. Lo único es que, en aquellos años, la pelea era muy sencilla, era contra quienes no querían eso. Hoy yo no sé. dudo mucho. Si en el gobierno no están algunos de los que, como allá en el 43 y en el 45, no querían eso. Una de las cosas que hacen hoy desde le gobierno no son ni siquiera parecidas a aquellas que proponía Perón, sino específicamente opuestas. Y en eso es que tengo mi miedo, porque la única manera de superar al peronismo es mejorarlo. Si uno no mejora al peronismo siempre va a estar añorándolo, porque todo lo que vino fue peor. Y en eso cierro con una frase de Perón: no es que nosotros fuimos buenos, sino que los que vinieron después fueron malos

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