Google+ Raúl Acosta: Incendiarios en el sur

lunes, 21 de marzo de 2016

Incendiarios en el sur

MIRADA DESDE EL SUR, EL LITORAL. 20 de marzo de 2016
La visita del señor presidente (de todos los argentinos...) Mauricio Macri reveló la existencia de varios incendiarios en un tiempo en el que, por secuencia biológica, deberían apagar los fuegos en lugar de exacerbarlos.
En la Escuela Normal Nacional General José de San Martín, en aquellos años (década 50/60), a la derecha de la entrada, por calle Saavedra, decía: “Maestro para el niño el ejemplo, siempre el ejemplo”, Pestalozzi. Aún evoco esa frase.
Macri vino a Rosario el lunes 7 de marzo y, en la semana previa, los profesores, los decanos, los pretendientes al rectorado, los que se fueron, los que lo son, los que lo fueron antes... una inmensa población universitaria activa se vistió de contestataria ante la llegada del presidente, ejem, electo por mayoría de votos y que, democrática y legalmente, más ejem, deberá gobernarnos hasta el 10 de diciembre de 2019. ¿Si? Rotundamente sí.
Habría que saltear algunos pasos folclóricos y fijarse en el motivo final de esta repulsa. En las paredes, en los cartelones, en las declaraciones, la Región Rosario asistió a una embestida contra Macri cercana a las que se observan ante tiranos, tiranías e injusticias mundiales.
¿Se ensayaba una puesta general de combate al gobierno democrático? Sí. Una frase llevaba al final esta situación. “No a la dictadura democrática”. Parecía demasiado. Lo es.
El protocolo de la Universidad puesto en juicio. El objeto real de la enseñanza también.
Que un decano invitase al presidente y que éste viniese se convirtió en el disparador de una contienda que excede al claustro. Refiere a la legitimidad de Mauricio Macri y el deseo confeso que fracase y renuncie.
Algunos opinaban que el señor gobernador no debía estar. Lo mismo para con la intendencia. Que el rectorado no debía concurrir y, por tanto, avalar. Que se debía votar para certificar si se aceptaba su presencia. Que debería sentir el rechazo con la no concurrencia del cuerpo de profesores.
En la provincia de Santa Fe y en el desmadejado sur, tan potente en votos como en economía, los incendiarios existen porque no hay ejemplos claros, clarísimos, de dirigentes más claros todavía.
El radicalismo, se ha dicho, tiene a una concejala electa presidente del cuerpo que bascula entre aceptar a José Corral (UCR, el proyecto 2019) e irse al PRO Cambiemos, o quedar dentro del FPCyS, donde manda el socialismo.
El PRO Cambiemos tiene a su candidato a vicegobernador (el concejal radical Boasso) apresado en la derrota junto al Midachi e incapaz de conducir un grupo tan heterogéneo como contradictorio. Finalmente su decisión (personal) es la alianza con esta concejala: Daniela León. El 30% de los votos espera que Roy López Molina crezca y que, junto con Alejandra Vucasovich, administre ese capital.
El peronismo tiene un líder provincial tan especulador como retraído. Omar Perotti debería conducir el peronismo, pero eso implica riesgos. Perotti pretende usar al peronismo. La Cámpora quiere cargos partidarios. El 30% de los votos que tuvo el justicialismo tiene a Luis Rubeo fuera y la desesperación de Agustín Rossi por una diputación nacional. No es mucho.
El FPCyS es el otro 30%. El socialismo, se ha escrito, tiene a Antonio Bonfatti catapultado a primer candidato a diputado nacional en el 2017 (¿Con quiénes en la alianza?...aún no se sabe). Miguel Lifschitz debe gobernar la provincia, custodiar la nave insignia (Rosario) y negociar con un gobierno nacional donde tiene pocos diputados cercanos y ningún senador. Como si fuese poco se suma que, para un sector bien identificado del socialismo, Macri no es nada más que un gorila de derecha. Flaco favor. Además, recordemos, aún tiene vida el “sector Giustiniani”. Este 30% no está sólido. Es sólida, sí, la acción de gobierno que estos gestos entorpecen.
Las autoridades universitarias son de origen socialista, radical y/o marxistas devenidos en kirchneristas. Que los estudiantes crean que Macri es el diablo y que el Che Guevara es el arcángel Gabriel es parte de un folclore juvenil.
Que las autoridades universitarias jueguen a las escondidas con la investidura presidencial es un mal ejemplo, o mejor: es la señal que la democracia, los votos, no son la herramienta que consideran adecuada. Ojalá se calmen y trabajen para la democracia que acepta el sufragio universal. Y lo que de esa aceptación se deriva. No hay mejor enseñanza. Aunque les duela.

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