Google+ Raúl Acosta: La zanahoria rosarigasina

lunes, 19 de junio de 2017

La zanahoria rosarigasina



Publicado en el diario "El Litoral", el 12 de junio de 2017

Con un  presupuesto de 15.000 millones de pesos (2017) y una incidencia importante en el entramado del sur de la provincia, la ciudad de Rosario se ha transformado en una impensada zanahoria pensando en octubre, antes en agosto, para muchos personajes de la política regional. Una zanahoria exclusivamente local. Eso es peligroso. Suponemos.

La confusión socialista y/o radical, la injerencia nacional en los chicos del PRO Cambiemos y el desbande peronista hace que muchos crean que, en el trampolín del 2017, se vislumbra la pileta llena de la intendencia del 2019. Para una ciudad autónoma. Peligrosa idea. Todavía está vacía.

Roberto Sukerman, ex concejal K, abandonado por las huestes CamporasK, luego de proponerse como posible intendente sostuvo que nunca volvería a postularse como concejal. Candidato a intendente perdidoso en el 2015, el peronismo de CFK lo usó, pero no lo convocó para las diputaciones nacionales. Vuelve a postularse para concejal. El objetivo es la intendencia de Rosario en el 2019. Por el sector K ,  en dura porfía con la realidad.

Pablo Javkin, joven brillante del radicalismo universitario, se fue tras el relumbrón de “lilita” Carrió. Renunció a una banca de Diputado Nacional que vencía recién en diciembre de este año (la lista, incluídos los traidores al FPCyS, que se fueron a cualquier parte era la siguiente: Binner. Barletta. Ciciliani. Javkin. Copes) Javkin renunció antes de los dos años, después perdió las internas para intendente con Mónica Fein. Aceptó ser su empleado. Quiere ser concejal. Sueña con la intendencia. Es un extrapartidario que promocionan los “pesepops”. Y… es la vida. Jatón, en Santa Fe, es periodista, que no significa socialista. Dicen que es la mejor medición en encuestas. Aquí no son así las cosas, no son tan sencillas.

Anita Martínez. Animadora de televisión. Simpatiquísima. Fue electa concejala. No iba nunca al concejo. No le gustaba “ese trabajo”. Fue candidata a Intendente. Sus malas performances en los debates en televisión y una conjura periodística, mostrando sus defectos (que los tenía) la llevó a perder la intendencia. Llevaba, 20 días antes, 15 puntos de ventaja en las encuestas. Premio consuelo: una diputación nacional. Electa diputada nacional (bajísimo perfil) renunciaría a ese cargo para intentar ganar una interna (si, primero una interna) para ser nuevamente concejala. Pretende ser intendente en el 2019. Obedece órdenes porteñas. Es del PRO Cambiemos. Serían 4 cargos en 4 años. Parece demasiado. Veremos dijo Ray Charles. Bueno , le contesto Stevie Wonder.

Bonus track. Su renuncia permitiría que otra señora, con un cargo altísimo en un sitio estratégico para la mezcla de dineros públicos  y su legal traspaso a fondos privados solidarios (ejem), se libere, suba un peldaño y sea diputada nacional. Algunas mutuales agradecidas. Otras no tanto. Astrid Carolina Hummel pasaría del INAES a la cámara. No todos están contentos con la pérdida de tan estratégico cargo. Refresquemos la sigla: “El Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) tiene la misión de fomentar el desarrollo, la educación y la promoción de la acción cooperativa y mutual en todo el territorio nacional asistiendo técnica, económica y financieramente a las entidades que correspondan”. ¿Se entiende?

Rodrigo (Roy) López Molina. Concejal antes, ahora diputado provincial. Hacía enojar a radicales y socialistas (también a los perucas) por sus irreverencias juveniles. Renunciaría a su cargo de diputado para disputar una interna con “Anita” para que el voto defina quien es el primer concejal del PRO Cambiemos. Con su renuncia ascendería a diputado provincial el compañero Demetrio Alvarez, del gremio gastronómico, dependiente de la dupla Barrionuevo / Camaño, por tanto y por ahora el PRO Cambiemos donaría un diputado provincial para Sergio Masa. Sorpresas te da la vida.

El resto de los candidatos a concejales (francamente demasiados) tiene el legítimo derecho a soñar con la intendencia. En algunos casos la sola concejalía conseguida (si así sucediese) debería lograr que el orgullo los ennoblezca. Desde veterinarios a pastores, todos sueñan.


El cercano cierre de las listas a diputados nacionales no se despega de esta cuestión. Al contrario, suma problemas.

En el PRO Cambiemos el sur quedaría desprotegido y el dedazo de la Carrió pone en funcionamiento la mas grande injusticia electoral en los que deben renovar la política….”Ou  est mademoiselle Lehman?? (Ja, plis, cheee)

En el socialismo, muy desguarnecido, si sacan a la Ciciliani del primero y/o segundo lugar, para favorecer al radicalismo abandónico, el sur quedaría doblemente desprotegido. Por prestigio perdido y por la señal de debilidad manifiesta.

En el peronismo la diferencia a favor de Agustín Rossi es importante y, por ahora, deja fuera de concurso cualquier inquietud rosarigasina. El ingeniero Rossi no es rosarigasino, es kirchnerista.
  
Rara cuestión esta de pretender un escaño de concejal a como de lugar y descuidar, según se ve en la escasa defensa  del territorio sureño, la seriedad para las propuestas nacionales,  por parte de los mismos grupos políticos que desesperan por gobernarla, mantenerla, conquistarla. Ideologías de parroquia antes que coros de catedral. El que sueña que se muere…

La zanahoria, al parecer, termina antes del canal hacia la isla Charigüé. Límite con Entre Rios. Y en los dos peajes. Hacia Buenos Aires (liberado) y hacia Santa Fe, en litigio. Ninguna zanahoria vale un suicidio, eso aseguran los racionales. Los burros no piensan igual.

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